Por Diego Saravia, publicado en Redacción
“los problemas de la medicina como rama del Estado, no pueden resolverse si la política sanitaria no está respaldada por una política social. Del mismo modo que no puede haber una política social sin una economía organizada en beneficio de la mayoría”.
Ramón Carrillo (tomado de Héctor Alí)
La única estrategia de las autoridades sanitarias con el Dengue, desde hace años, parece ser esperar que el frío congele al mosquito y evitar que el tema se discuta para no “afectar al turismo”. Mientras la gente fallece en el Norte y en Capital hay abundancia de mosquitos en diferentes barrios.
¿Que hacer? se pregunta la gente, ¿que alternativas tenemos? Se preguntan todos. Parecemos haber olvidado que Argentina erradicó el Dengue en la década de los 60. La respuesta es obvia: erradicarlo de nuevo. Pero no, las autoridades sanitarias se contentan con decir que “los indices de infectación bajaron al nivel de protección”, mientras acusan a los que queremos que la enfermedad se combata, de agitar políticamente, o de perjudicar al turismo. Y claro que es un tema de debate político y como no, electoral. Es un tema de Salud Pública. Cuales son nuestras prioridades: ¿la salud o el turismo?, Y este falso dilema parece ser el eje de la acción gubernativa. Falso, porque un turista enfermo causará más daño a la imagen de Salta, que la confesión de la verdad y la demostración de acciones reales para combatirlo. La única forma de encarar el tema es ERRADICAR la enfermedad. Y si a esto no nos abocamos, habrá que centrar la campaña electoral en la Salud Pública, para que sean los Salteños y Salteñas con su voto, los que decidan el cambio. Necesitamos urgentemente autoridades sanitarias que se hagan cargo del problema, planifiquen y ejecute la erradicación, hasta que no exista un solo Aedes en Salta y países vecinos. Esperar al frío es esperar que el verano próximo tengamos el mismo problema.
¿Como erradicarlo? Combatiendo simultáneamente en todas las ciudades y barrios a los mosquitos, sus larvas y sus huevos. Organizando a miles de personas, hoy desocupadas, para ir casa por casa, explicando y ayudando a sacar cacharros; contratando cientos de camiones para su traslado inmediato; procesando el metal y vidrios recuperados. No es difícil, aunque si caro. Pero lo más importante: requiere de visión, liderazgo, entereza y dedicación. Se acerca el invierno y podemos perder la oportunidad, perder el momento de preocupación de la gente que apoyaría esta campaña. Debemos apurarnos. El proceso de atención pública -histeria según algunos- es un elemento fundamental, una ventaja esencial en una campaña de erradicación. No lo perdamos. Necesitamos anunciar claramente el programa a todos los medios, que indique a todos los ciudadanos y ciudadanas la gravedad del problema y que se comprometa a erradicar el mosquito. Que disponga de todos los medios materiales del estado y que no deje pasar esta oportunidad. No es tecnología espacial. Ya lo hicimos, no es imposible. Y si lo hacemos evitaremos tener muertos en los próximos años. Ni un solo Aedes en Salta.
Y por supuesto, la única erradicación definitiva vendrá de la mano de la erradicación de la pobreza, generadora última de las condiciones para la aparición del Dengue y otras enfermedades y lacras. A esto también debemos abocarnos. No tenemos porque convivir con la pobreza, el analfabetismo y el desempleo, otras sociedades lograron cambiar. Nosotros podemos.
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