Cripto-política

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Diego Saravia, en Redacción


En los últimos años, y sobre todo a partir de la “Revolución Productiva y el Salariazo” es habitual que muchos candidatos y partidos expresen como posiciones en sus campañes posturas que saben que no cumplirán. Lo habitual es construir la campaña política y su mensaje en base a los conceptos que las encuestas dicen que la gente quiere escuchar. Así es muy difícil para un potencial elector saber como se va a comportar un candidato cuando resulte elegido. ¿Votará para un lado o para otro?. ¿Defenderá al capital o al trabajo?¿Que piensa de tal circunstancia?

¿Como saber a quien votar?. Este problema lo tienen los electores de derecha, de centro, y de izquierda. Según las circunstancias determinados candidatos adoptan las posturas que consideran mas populares. En Salta, en estos días, es llamativo el posicionamiento de unos y otros con relación a Aguas de Salta, por citar un solo ejemplo. Liberales dogmáticos, conservadores consecuentes, que estuvieron defendiendo y participando de la privatización del agua, ahora aplauden el fin de Aguas de Salta. Personas que pedían la estatización ahora protestan desesperadamente. Para ellos no importa que es lo que paso, sino quien lo hizo. Si apoyan a Urtubey aplaudiran la “estatización”, si estan en contra, dirán Aguas de Salta quería irse, y que la medida tomada favorece a la empresa privada. Poco importa para ellos y ellas el hecho en sí. Dirán exactamente lo contrario a lo que decían antes del fin de la conseción. Claro que falta mucho por discutir en la nueva organización de la actividad.

En definitiva escuchando estas posiciones ningún potencial votante puede llegar a una conclusión segura sobre a quien votar. Es casi imposible saber como actuará un candidato en el Congreso, en función de lo que nos dice su campaña.

Estamos en la Cripto-política, donde gana quien mejor engaña, quien mejor esconde lo que es, lo que piensa, lo que hizo. En esta situación a los electores no les queda mas que taparse los ojos y los oídos en las campañas y recurrir a los archivos. Buscar, esforzarse, recordar, que hizo cada uno en el pasado. Y en función de eso proyectar lo que harán si son electos. Se traslada el esfuerzo explicativo de la campaña al elector. La prensa, a veces, ayuda. Algunos periodistas intentan cumplir el mandato básico de la prensa política, por el cual “quien no investiga y cuestiona al candidato, hace propaganda”. Dado que no hay debates, la única oportunidad de confrontar las ideas que los candidatos expresan la tienen los periodistas.

Difícil tarea para el sufrido elector de hoy en día, inundado por consignas huecas, tapado por afiches vacíos, preocupado por el futuro de su país. Pero no por ello una tarea menos necesaria. Intentar votar de acuerdo a lo que uno piensa. Fe-licidad, es licitud en la fe, justamente actuar como se piensa. Solo podrán ser “felices” aquellos votantes que encuentren entre las campañas algún candidato que los exprese y sea consecuente con ello. Mas allá del voto bronca, o de votar a uno para que otro no llegue. Aquellos que entre tanta propaganda engañosa desencripten su verdad y encuentren un representante fiel que pueda construir un espacio político que exprese alguna idea con seguridad y lealtad. Mi felicitación para quienes logren votar felizmente. No es nada fácil hacerlo.