Dos peronismos, dos Argentinas, una democracia.

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Por Diego Saravia, Publicado en Redacción


Toda vez que un espacio político crece hasta representar casi un universo, tiene a dividirse. Este pseudo teorema, que habrá sido enunciado muchas veces, es relevante a nuestro presente político provincial y nacional. El peronismo viene debatiendo su proyecto desde Ezeiza. Reorganizado luego del gobierno de Alfonsín, victorioso y apenas asumido Carlos Menem, abandona su proyecto de revolución Productiva y Salariazo y cede la economía nacional a Bunge y Born. Así nace mi partido el Frente Grande, como resistencia a este viraje. El fin del Menemismo y la incapacidad de nuestra Alianza con la UCR y el socialismo para reparar sus daños, dan lugar a una transición de la cual emerge nuevamente victorioso el Peronismo, pero encabezado por la otra línea, ahora visualizable como el Kirchnerismo, desde un nuevo partido y frente denominado “de la Victoria”. Esto obliga a todos los actores a realinear sus estrategias y como corresponde apoyamos a los “K”.

Hoy el Partido Justicialista, en Salta, y en la Nación, continua teniendo en su seno dos motores políticos divergentes. En Salta Juan Carlos Romero se presenta como opositor al Presidente Nacional del PJ e impulsa a Wayar en dicha línea. Daniel Isa expresa, dentro del PJ Salteño, el apoyo a los K y sin duda es un desafío a Juan Carlos Romero. La victoria de Daniel terminaría de enterrar al romerismo en Salta. Además aparecemos en escena diversos actores por afuera del PJ, pero dentro del espacio peronista. Algunos como nosotros, los de la lista 41, o Frente Grande, o “Frente 28 de Octubre para el cambio, día de la Victoria”, de acuerdo con K y otros con los sojeros. Y esto es lógico, porque hasta que se defina la interna del PJ, nadie sabe que ideas impulsará el PJ. Wayar mismo, estuvo oscilando entre participar por adentro o por afuera del PJ, dada la confusión reinante. Milagros Patrón Costa, es desconocida políticamente y parece poco serio que alguien que nunca militó, ni tuvo actuación política alguna sea Diputada Nacional, nadie sabe como piensa, aunque todos descuentan su apoyo a los transgénicos. Urtubey ante el caos, es prescindente y decidió no poner su gobierno a consideración de los Salteños y Salteñas en estas elecciones, lo cual si bien le quita ese derecho a sus ciudadanos y ciudadanas, parece ser su único camino de supervivencia política, ante una legislatura romerista, sojera y desmontadora.

Ningún dirigente político del espacio peronista, que quiera ser senador, diputado, o concejal en Salta sabe hoy como participar. Si participa de las listas del PJ, tiene el riesgo de terminar sumando a un candidato a Diputado Nacional contrario a sus ideas. Por ello los que mantenemos un partido político de origen peronista, pero con una línea política clara, definida y constante en el tiempo, siempre opositores a JC Romero, estamos creciendo considerablemente. Una vez terminada dicha interna los perdedores saldrán a trabajar con un candidato de otro partido del espacio peronista. No tiene sentido que alguien que está de acuerdo con los sojeros y Romero apoye a Daniel Isa, ni que uno que apoye a los K y la industrialización del país, apoye a Wayar. Será entonces hora de replantear alianzas electorales.

Y mas allá de estas elecciones donde lo que prima es la confusión y la falta de ideas, será bueno para el país que se constituyan dos partidos a partir del PJ. Los mismos que disputan su conducción desde Ezeiza. Los nacionales y populares que vienen planteando “la revolución”, hoy devenida en un reformismo denominado cambio, en un sector; y los verticalistas conservadores, hoy amigos del ingles Adam Smith, que quieren mantener la estructura de privilegios para unos pocos y la inmobilidad social, en el otro. Solo así aportaremos claridad y modernidad a la vida política Argentina. Solo así se comprenderá la apuesta que desde el Frente Grande hicimos hace unos años por construir un partido que tome lo mejor de las ideas de cambio del peronismo con lo mejor de las ideas democráticas y participativas del radicalismo y del socialismo argentino. La falsa antinomia de los populares por un lado y los democráticos por otro no sirve a los argentinos. Por ello nuestro apoyo crítico tanto a Cristina como Urtubey. Vemos los avances, pero vemos los problemas. Hoy Argentina necesita dos polos: el popular, social, participativo, y democrático por un lado; y el conservador, liberal, democrático por el otro, para expresarnos mejor a todos.