Hace unos meses se presentó en Salta un sistema de voto electrónico que despertó elogiosos comentarios. En lo básico cumplía con los principales requisitos que se le pueden pedir a tales sistemas. Si bien tenía un problema potencial, los presentadores se comprometieron a mejorarlo.
El miércoles se presento en Salta, ante la opinión pública, nuevamente un sistema de voto electrónico. Grande fué mi sorpresa al ver un sistema diferente, no un avance o evolución con relación a lo que se había mostrado antes, sino algo completamente diferente. Mas allá de no comprender con que criterio se seleccionan alternativas para esta actividad, es bastante chocante encontrarse con tal notorio retroceso.
Desde el comienzo la presentación fué decepcionante. Su presentador criticó los sistemas que imprimen los votos indicando que los votantes se llevan los mismos como “souvenirs”. Luego en un marco de banalidades y autocomplacencia por el avance tecnológico obtenido, aseguro la inviolabilidad de su sistema sin apoyar en absoluto desde el punto de vista técnico sus afirmaciones.
Mostró un sistema doble de almacenamiento de la información sin indicar ningún mecanismo por el cual los fiscales pueden observar lo allí almacenado y comparar eventuales diferencias. Presentó un acta inicial y explicó como la máquina imprimirá el acta final del escrutinio, sin dar la más mínima idea de como los fiscales verificarán lo allí contenido. Confianza ciega en lo establecido por las memorias de un ordenador que solo el ordenador puede escrutar. Desde ya, tal sistema con tan poco sustento en un análisis serio de sus protocolos viola completamente el Código Electoral Nacional y la posibilidad de realizar un escrutinio definitivo con una prueba física.
Planteo medidas de seguridad basadas en la oscuridad -algo poco recomendable-, como que nadie logrará conseguir los números telefónicos al cual comunicaran las urnas “per se” sus resultados.
Algunos de los presentes indicaron que en el futuro el sistema usará software libre y que están trabajando en ello. Pero estamos a menos de un año de su potencial uso en Salta en algunas mesas electorales. Parece poco serio plantear un cambio total del software para un sistema que si se usa en las próximas elecciones ya tendría que estar en etapa de difusión y preparación de empleados judiciales, fiscales y público en general. Menos serio sería utilizar un software inescrutable y potencialmente sujeto a virus, troyanos y otros animáculos digitales como los sistemas operativos de la multinacional norteamericana. El sistema presentado no parece tener su software y hardware publicado en algún lado para que los expertos lo revisen y vayan mejorando.
En fin, una exposición lamentable de un sistema que despierta mas dudas que otra cosa.
En este marco es necesario, cada vez más, que la Legislatura apruebe la posibilidad de experimentar con estos sistemas en condiciones muy bien definidas. Los sistemas que se usen deben cumplir con el Código Electoral, deben dejar constancia física del voto emitido y que esto sea verificable por el ciudadano al momento de votar y los fiscales al cierre del escrutinio, y deben tener su software y hardware publicado con libre acceso para su revisión y mejora. Todo esto debe estar en la ley. Sería recomendable que una vez aprobada una ley seria sobre el tema, se licite y se contrate al mejor sistema que cumpla con dichas condiciones.
El tiempo corre, y falta muy poco para la próxima elección, hay que comenzar con los procesos de formación y sensibilización y antes que eso debe haber un consenso general sobre el uso de estos equipos y a que normas deben atenerse. No nos merecemos tamaña improvisación en algo tan importante.
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