Diego Saravia, publicado en Redacción
En las semanas pasadas organice una encuesta donde preguntaba varias cosas, entre ellas la opinión de la gente con relación a la llamada "zona roja", o la posibilidad de solucionar simultáneamente el problema de los vecinos de nuestra ciudad y el problema de los constantes atropellos y persecuciones hacia las personas que ejercen esta actividad. La mayoría de los encuestados apoya un cambio de la ley contravencional para solucionar los reclamos vecinales.
Sin embargo no es este el motivo de mi mención de la encuesta. Lo que realmente me sorprendió es la variabilidad de respuestas en las valoraciones de dirigentes políticos por parte de la gente. Además de preguntar por conocimiento e imagen, pedíamos a los encuestados que nos indicasen a quien votarían de entre todos aquellos dirigentes conocidos y que tenían imagen positiva, y luego si éste no participaba a quien votarían en segundo lugar y así sucesivamente.
Lo curioso del caso es que en casi todas las encuestas, las mismas personas optaban por dirigentes políticos de muy diferente perfil. Aparecieron encuestas donde podían votarme a mí, y si no a Yarade, o si no a Del Pla. Otras donde aparecía Folloni, junto a Saenz y Nora Gimenez. En fín, un panorama inexplicable desde el punto de vista político.
Tamaña confusión solo puede ser resultado de las enormes confusiones de las ofertas electorales de los últimos tiempos.
Esto debe despertar en todos una señal de alarma. Es necesario, sin duda, clarificar los proyectos políticos en danza. Es hora de que finalmente construyamos polos políticos que expresen realmente los diferentes proyectos de país en danza.
Un proyecto debiera convocar a los Romero, Duhalde, Macri, Cobos, Gomez Diez, Folloni, etc.
Otro proyecto debiera convocarnos a todos los sociales, nacionales y populares, a todos lo que apoyamos el movimiento de cambio que recorre America Latina y la Argentina.
No es un proceso simple, pero debemos avanzar lo más que podamos en este separación y clarificación de la política local y nacional.
El "Frente 28 de Octubre, Día de la Victoria" es un paso en este camino, pero no debemos pensar que este es un último paso. Es sólo el primer paso. Debemos construir la unidad de los luchadores populares, de los peronistas, de la izquierda y de todo el campo popular. Debemos expulsar a todos los neoliberales de los partidos populares.
Es un largo camino. La depresión del 30 generó las condiciones para el 17 de octubre en nuestro país. La actual caída del capitalismo global, generará nuevas condiciones para el surgimiento de nuevos movimientos sociales y políticos en Argentina. Debemos aprovechar estas oportunidades.
Entonces, a río revuelto, construyamos un poder popular que oriente, que una, que prepare un espacio de discusión orientador de la militancia y el pensamiento popular. Este es nuestro desafío. No dejemos que cualquier pescador capitalice esta confusión para construir un espacio anti-popular.
Cumplir con la gente, es cumplir con el cambio, es luchar con el Frente.
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